Trenzar. Revista de Educación Popular, Pedagogía Crítica e Investigación Militante
Nº7, Año 4, octubre 2021 – marzo 2022: 131-134
Red Trenzar: Santiago de Chile
ISSN (online) 2452-4301

RESEÑA


 

Alberto Moreno Doña y Silvia López de Maturana Luna (Ed.) (2020). Jóvenes en los márgenes de las instituciones escolares. (La Serena, Chile: Editorial Universidad de La Serena, 233 pp.)

 

Enzo Manuel Romero[1]

 

Publicado en medio de un contexto social atestado por los efectos de una pandemia global, cuya cruel pedagogía[2] ha puesto en evidencia la fuerte desigualdad imperante en el mundo, la presente obra nos brinda potentes herramientas para pensar, desde nuevos derroteros, la construcción de una escuela otra para una sociedad otra, capaz de (re)configurarse ante la consideración de aquellos/as que no son considerados/as. Partiendo de los márgenes, de las zonas del no ser (Fanon, 1961), para desde allí transformar el “mapa escolar” que se ha ido delineando en nuestras instituciones escolares, producto de la dominación de teorías pedagógicas que excluyen a sectores de la población catalogados como subalternos.

El libro, resultado de un proyecto de investigación denominado “El mapa escolar como ‘epistemicidio’ de lo educativo: comprensión de la escuela desde los márgenes” (2017-2020), es editado por Alberto Moreno Doña y Silvia López de Maturana Luna, docentes e investigadores que comparten residencia en el país chileno, pero cuyas trayectorias académicas trascienden las cordilleras andinas.

La obra se encuentra conformada por un importante compendio de capítulos. Suma un total de once artículos trabajados por quince autores/as (incluyendo editores), quienes escriben desde distintos puntos geográficos del mundo, como ser la mencionada tierra chilena, además de Colombia, Brasil y España. Empero, a pesar de la distancia, los/as unen intereses ligados a la decolonialidad; la pedagogía crítica; las etnicidades; las historias de vida; la marginalidad; el estudio de género; entre otros asuntos.

Cada capítulo, desde la particularidad con la que sus autores/as lo abordan, nos envían un mensaje claro: prevalece en nuestras escuelas -y por lo tanto en nuestra sociedad-, una epistemología hegemónica (moderna, eurocéntrica, patriarcal, capitalista, judeocristiana, racista y binaria) que estructura formatos escolares desde un sentido homogéneo, universal, dicotómico, cartesiano, con un ideal de sujeto/alumno obediente, competitivo, individualista, alienado; renegando así con las diversidades, con toda disidencia que irrumpa con el sentido de normalidad que establece. Esto es, el rechazo y la destrucción de saberes y sentires propios de una comunidad, un epistemicidio cultural en términos de De Sousa (2014).

Así, la escuela se convierte, desde la narrativa de estudiantes, en un espacio inauténtico, ajeno, tedioso, descontextualizado, puesto que la autonomía es socavada, la propia cultura despreciada y cambiada. Se trata de una escuela que no abraza lo diverso ni lo complejo, y que en lugar de ello prejuicia, profetiza, patologiza y responsabiliza toda trayectoria escolar que difiera con lo esperado, constituyéndose de esa manera como filtro social, como elemento de clasificación y segregación.

Esto último, conlleva a que muchos/as confundan educación con escuela, convenciéndose que el “fracaso escolar” se debe a la carencia de condiciones necesarias para el aprendizaje, cuando en realidad el aprender es una condición inherente del ser humano. Se agrega a esto, los resultados instalados de múltiples investigaciones que asocian el fracaso escolar con las condiciones socioeconómicas, el origen familiar, el género o la etnia a la que pertenece el educando. Así, el peso tiende a situarse en el estudiante y en su accionar dentro de la escuela y no al revés. Esto evidencia el anonimato con el que ingresa el/la estudiante al sistema escolar, perdiendo su identidad, convirtiéndose en sujeto/a ahistórico/a y percibido/a como un producto inacabado que debe ser preparado para el mercado. De modo que la escuela responde posicionándose desde el racionalismo neoliberal.

Esa lógica de escuela, cuya génesis data de los tiempos de la conquista de Abya Yala, relega lo corpóreo, lo emocional, lo espiritual, lo artístico, lo comunitario y lo político. Sin embargo, los/as autores/as revelan que cada vez son más los proyectos pedagógicos que reivindican la epistemología del sur, enfocándose en perspectivas democráticas y decoloniales. Erigiéndose desde accionares que involucran compromiso, solidaridad, empatía, escucha y diálogo, sobre todo con quienes se encuentran en los márgenes, en los bordes del orden imperante.

En este sentido, el libro no sólo teoriza sobre las cuestiones ya planteadas, sino que además comparte las experiencias de campo de los diversos equipos de investigación que nutren esta obra. De ese modo, se evidencia cómo ciertos espacios educativos llevan adelante otras formas de relación con el saber, con el contexto circundante y con quienes conforman ese espacio. Dando fe que alternativas más justas son posibles.

Ahora bien, se sostiene que manifestando lo que piensan y sienten las/os estudiantes de los márgenes se descoloniza sus voces, se hace explícita su existencia, puesto que la ignorancia de sus biografías es lo que vuelca un velo sobre sus vidas, invisibilizándolos/as. No obstante, los/as autores/as advierten los cuidados que son necesarios tener presente al hablar sobre las juventudes, ya que desde antaño prevalece una mirada adultocéntrica sobre estos/as, caratulándolos/as como desinteresados/as, asépticos/as, desobedientes, apolíticos/as y sin proyecciones. Cuando en realidad, la historia y los hechos presentes nos demuestran el valor, el interés, la organización y la conciencia social que guardan las juventudes, siendo actual reflejo de ello el accionar de las/os estudiantes chilenas/os en octubre del año 2019, chispa de lucha que despertó una fuerte movilización en el país. Contradiciendo así toda categoría peyorativa hacia la juventud, quienes cada vez se apropian con más fuerza del espacio público desde novedosas formas de confrontación al poder.

En definitiva, el navegar sobre las páginas de este libro implica un contacto estrecho con las experiencias, los pensares y los sentires de jóvenes que son posicionados en los márgenes de nuestras sociedades. Contacto que, de la mano de los/as autores/as, nos permite repensar el quehacer escolar, comprendiendo lo imperioso que resulta discutir sobre su epistemología y su sentido político, para así hacer de la escuela y de la sociedad un terreno del cual germine la tan aclamada justicia social por los desarrapados del mundo[3].

 

Bibliografía

De Sousa Santos, B. (2020). La cruel pedagogía del virus. CABA, Argentina: CLACSO.

Freire, P. (2002). Pedagogía del oprimido. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno.

 

 

[1] Argentino. Estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, Universidad Nacional del Nordeste, Facultad de Humanidades. Contacto: enzo.romero1996@hotmail.com

[2] Boaventura De Sousa Santos, La cruel pedagogía del virus (CABA, Argentina: CLACSO, 2020).

[3] Paulo Freire, Pedagogía del oprimido (Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno, 2002).